Fomentando una actitud positiva hacia la carne cultivada mediante el uso de imágenes
This post has been translated from English to Spanish. You can find the original post here. Thanks to Tipping Point Private Foundation for generously funding this translation work.
Gracias a la carne cultivada, a saber, la carne obtenida del cultivo de células madre extraídas previamente de un animal, los consumidores pueden disfrutar productos de origen animal sin fomentar las prácticas crueles e insostenibles de las granjas de cría intensiva. No obstante, incluso si se superan los retos técnicos que supone producir carne cultivada barata, la carne cultivada no sustituirá a la carne producto de la explotación industrial hasta que goce de aceptación generalizada entre los consumidores.
Que la carne cultivada aparezca en los medios puede contribuir mucho a afianzar (o empeorar) su reputación entre la población. En esta investigación de ProVeg International se analiza de qué manera las impresiones que tienen los consumidores de la carne cultivada son afectadas por la representación que se hace de ella en los medios de comunicación. En concreto, en la investigación se analiza principalmente si en las imágenes de la carne cultivada se la asocia con su origen en laboratorios o con su uso final como alimento. Los autores pidieron a 750 consumidores del Reino Unido que rellenaran un cuestionario en que había imágenes laboratoriales de carne cultivada, imágenes alimentarias de carne cultivada o ambos tipos de imágenes. Se preguntó a los participantes qué impresión les causaban los productos en cuestión.
El dato más importante de la investigación es que los consumidores tienen actitudes más positivas hacia la carne cultivada si ven imágenes alimentarias que si ven imágenes laboratoriales. No obstante, los participantes señalaron que en los medios de comunicación veían con más frecuencia imágenes laboratoriales que imágenes alimentarias y que consideraban que las imágenes laboratoriales eran más representativas de la carne cultivada. Estos datos parecen indicar que las figuras de los medios de comunicación que quieran promover la aceptación de la carne cultivada deberían utilizar más fotografías alimentarias.
Además, en comparación con los participantes que habían visto imágenes laboratoriales, los participantes que habían visto imágenes alimentarias fueron de la opinión de que la carne cultivada era muy deliciosa, nutritiva, apetecible y asequible. No obstante, hay que mencionar que, en comparación con quienes habían visto imágenes alimentarias, quienes habían visto imágenes laboratoriales propendieron a considerar la carne cultivada más saludable. Los autores del estudio advierten que el grupo que vio imágenes alimentarias vio fotografías de hamburguesas y nuggets, que por lo general no se consideran como alimentos saludables. En cambio, parece ser que las fotografías laboratoriales no se asocian demasiado con las comidas poco saludables.
Asimismo, los participantes contestaron varias otras preguntas pertinentes. La amplia mayoría no sabía nada sobre la carne cultivada, o bien tenía impresiones equivocadas al respecto. Además, 90 % de los participantes no tenía ni una opinión positiva ni negativa sobre la carne cultivada. La mayoría de los participantes dijo que le interesaría probar carne cultivada, independientemente de las imágenes que se les hubieran mostrado, y aproximadamente 40 % de los dos grupos dijo que le interesaría que la carne cultivada sustituyera a la carne producto de la explotación industrial. Estos datos parecen indicar que la población está abierta a la recepción de información sobre las ventajas de cambiar los productos tradicionales de origen animal por carne cultivada. Los autores del estudio dicen que resulta “extraordinario” que un alimento tan nuevo despierte tanto interés entre la población.
A los participantes del estudio se les preguntó sobre su dieta también. Alrededor de la mitad de las personas que rellenaron el cuestionario eran omnívoras. El 40 % era flexitariano (omnívoros, pero interesados en reducir el consumo de productos de origen animal). Menos del 5 % era vegetariano, pescetariano o vegano. Se advirtieron diferencias claras entre las respuestas de los participantes, conforme con la dieta que seguían. Por ejemplo, los flexitarianos resultaron ser los que mejor entendían qué era la carne cultivada, aunque al parecer los veganos fueron los que más la habían visto representada en los medios de comunicación. Los omnívoros fueron, por mucho, los que menos sabían sobre carne cultivada.
En vista de los datos de esta investigación, ProVeg recomienda que de ahora en adelante la carne cultivada que se represente en las comunicaciones a la población general se asocie con comidas y no con laboratorios. Para ello, un recurso que se puede usar es esta base de datos de imágenes recabadas por el Good Food Institute. En el estudio también se remarca la importancia de seguir informando a la población sobre la carne cultivada, ya que al parecer la mayoría de los consumidores saben poco sobre ella. El sector de la carne cultivada tendrá que superar muchos retos técnicos antes de que este producto se comercialice de forma masiva, pero las organizaciones de apoyo a la carne cultivada pueden allanar el camino para la aceptación generalizada de este producto llevando adelante campañas educativas eficaces y certeras.