El desafío de medir el bienestar individual de los peces
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El bienestar animal suele considerarse una característica individual. Los autores de este artículo definen el bienestar como las experiencias emocionales de un animal como resultado de sus condiciones de vida, que van de negativas a positivas. Es más fácil proporcionar un buen bienestar a un número menor de animales. Para los peces de la industria acuícola, vivir en piscifactorías con alta densidad de población se vuelve una situación difícil. En algunos casos, los piscicultores manejan cientos de especies diferentes con diferentes necesidades, lo que significa que es casi imposible tratar a los peces de manera individual.
Este artículo revisa la literatura actual que demuestra que los peces y su bienestar deben tratarse a nivel individual, y examina la forma en que se evalúa el bienestar de los peces. Luego, los autores comparan esto con las evaluaciones de bienestar de los animales terrestres y recomiendan formas de mejorar el bienestar individual de los peces.
La forma en que opera la industria piscícola significa que la cantidad de atención personalizada que se puede brindar a los peces es baja. La mayoría de los informes sobre piscicultura analizan los peces en toneladas y no de manera individual, pero el número estimado de peces de piscifactoría en 2017 fue de entre 51 y 167 mil millones. Los autores señalan que abordar el bienestar individual en los peces es aún más complejo, ya que incluso dentro de una misma especie, cada pez presenta diferencias particulares.
Las investigaciones muestran que las personalidades de los peces varían, lo que afecta su forma de reaccionar ante su entorno y, por lo tanto, su bienestar. Por ejemplo, los salmones menos agresivos tienden a recibir menos alimento y no crecen tanto como sus homólogos más agresivos. La evidencia sugiere que los peces son capaces de realizar cognición social, aprendizaje espacial y otros tipos de cognición que se observan en los mamíferos. También pueden sentir emociones como miedo y dolor.
Los autores señalan que las capacidades únicas de los peces dan como resultado preferencias individuales, que pueden afectar lo que los peces de cultivo necesitan para prosperar en su entorno. Sin embargo, la mayoría de las investigaciones sobre las preferencias de peces se centran en las preferencias a nivel de especie. Además, la gran mayoría de las especies cultivadas no han sido estudiadas.
Históricamente, el “buen” bienestar de los peces ha considerado principalmente la salud física y los indicadores de crecimiento (especialmente porque la industria de la acuicultura se preocupa por el crecimiento y la producción). Ahora que el comportamiento de los peces se reconoce como un componente importante del bienestar, algunos académicos piden más investigaciones sobre el comportamiento de los peces. Sin embargo, todavía no existe una medición del bienestar a nivel de cada pez.
Las evaluaciones a nivel de grupo son comunes para medir el bienestar de los peces. En estas evaluaciones, los inspectores toman muestras de un pequeño porcentaje de peces, miden su bienestar y luego extrapolan el porcentaje de peces con bienestar deficiente para dar una medición promedio del bienestar de los peces restantes. En algunos casos, el 10 % de los peces que experimentan un bienestar deficiente son aceptables. Sin embargo, los autores señalan las fallas de este sistema, lo que incluye permitir que los peces experimenten bienestar deficiente, siempre y cuando no supere el máximo del 10 %. Además, este sistema asume que el pequeño porcentaje de peces representa a todo el grupo restante.
Existen algunas herramientas tecnológicas que podrían ayudar a los agricultores a lograr un seguimiento del bienestar individual, incluidas cámaras subacuáticas, métodos de visión por computadora y dispositivos acústicos. Según los autores, los zoológicos han implementado evaluaciones a nivel individual y algunos zoológicos también están buscando nuevas tecnologías para ayudar a abordar el bienestar (por ejemplo, sistemas GPS, acelerómetros). Los autores señalan que algunos de estos sistemas pueden adaptarse a la industria de la acuicultura.
Lograr el bienestar individual de miles de millones de peces es un gran desafío. Observar el comportamiento natural de los peces en estado salvaje proporcionaría información útil, pero esto presenta sus propios desafíos. La investigación sobre el bienestar de los peces va en aumento, y los autores creen que se debe poner más énfasis en aprender sobre las necesidades de cada pez para que pueda prosperar. Los investigadores también deberían identificar los entornos de cautiverio más dañinos y las pequeñas mejoras que se pueden realizar en las granjas para mejorar el bienestar individual. Los defensores de los animales pueden apoyar esta investigación pidiendo que se inviertan fondos y recursos en esta causa.
https://www.mdpi.com/2076-2615/12/19/2592