¿Qué es el Derecho Animal?
[This Spanish translation was generously provided by Vegan Linguists. You can find the original blog post here.]
Los defensores de los animales pueden oír de vez en cuando hablar de abogados u organizaciones especializadas en “derecho animal”. Pero, ¿Qué es exactamente el derecho animal? A diferencia de las áreas más tradicionales del derecho, como el derecho penal o el derecho contractual, el “derecho animal” no se define por un conjunto específico de estatutos, sino más bien por los hechos a los que se aplica la ley. Cualquier área del derecho, desde el derecho constitucional hasta los contratos, puede caer bajo el paraguas del “derecho animal” si el caso específico en cuestión afecta a los animales.
A veces, los abogados especializados en derecho animal pueden utilizar la ley para ayudar directamente a los animales, por ejemplo, utilizando las leyes contra la crueldad para salvar animales de situaciones de abuso o negligencia. Pero más a menudo, los abogados especializados en derecho animal tienen que encontrar formas creativas para ayudar a los animales, dada la falta general de protecciones legales adecuadas para nuestros amigos no humanos. Este artículo explicará algunas de las formas en que se utiliza la ley en la práctica del “derecho animal”.
Estatutos de Protección Animal
Aunque son pocas y distantes entre sí, hay una serie de leyes en los libros que protegen directamente a los animales. Por ejemplo, los 50 estados de EE.UU. tienen leyes que penalizan el maltrato y la negligencia animal. También hay leyes federales como el Acta de Especies en Peligro, el Acta de Protección de Mamíferos Marinos, el Acta de Métodos Humanitarios de Sacrificio y el Acta de Bienestar Animal, entre varias otras, que ofrecen algún grado de protección a ciertos animales en determinados contextos. Desgraciadamente, cada una de estas leyes tiene lagunas, e incluso en las situaciones en las que se aplican, el cumplimiento de la ley es a menudo inexistente.
Por ejemplo, los animales criados para la alimentación están exentos de las leyes estatales contra la crueldad en la medida en que su trato constituya prácticas ganaderas generalmente aceptadas. Esto significa que un ganadero puede confinar o mutilar legalmente a una vaca o un pollo en formas que serían un delito si se hiciera con el perro o el gato de la familia, siempre que el confinamiento o la mutilación sea “generalmente aceptada” en la industria agrícola. De este modo, los animales criados para la alimentación sólo están protegidos de las formas más atroces de maltrato y negligencia. E incluso entonces, la falta de cumplimiento es un problema.
Del mismo modo, el Acta de Métodos Humanitarios de Sacrificio no se aplica a los pollos, pavos u otras aves de corral, lo que significa que el 98% de los animales sacrificados para la alimentación en EE.UU. están desprotegidos. El Acta de Bienestar Animal no se aplica a las ratas, ratones o pájaros utilizados en la investigación (que constituyen el 90% de los animales con los que se experimenta). El Acta de Protección de los Mamíferos Marinos contiene una laguna para las operaciones de pesca comercial, que regularmente capturan delfines y otras especies protegidas como captura incidental. Y así sucesivamente. En resumen, estas llamadas leyes de protección animal, aunque siguen siendo importantes, no van lo suficientemente lejos como para proporcionar protecciones legales directas a los animales.
Animales Como “Propiedad”
Para complicar aún más las cosas, la ley considera a los animales como propiedad personal, al igual que tu televisor o tu mesa de la cocina. (En la ley, sólo hay dos categorías – “personas” y “propiedad”-, y estas últimas no tienen derechos propios legalmente reconocidos). Este sistema dual es problemático cuando se trata de animales, ya que hay, por supuesto, varias diferencias muy importantes entre tu gato y tu televisor. Sin embargo, ambos son considerados tu propiedad.
A diferencia de tu televisor, tu gato tiene sus propios intereses (en general, evitar el dolor y buscar la felicidad). Tu televisor no tiene esos intereses, por lo que es perfectamente razonable llamarlo propiedad – la categoría de cosas que existen únicamente para los intereses de sus propietarios humanos. Tu gato, por el contrario, tiene intereses separados y distintos de tu interés en ellos. Pero como propiedad, tu gato carece de capacidad legal, y (con excepciones muy limitadas en ciertos estados) nadie puede intervenir y demandar en su nombre. De este modo, el estatus de propiedad de los animales los hace extremadamente vulnerables a todo tipo de explotación, abuso y negligencia legalmente irremediables.
Por eso el campo del derecho animal es tan amplio, abarcando tantas áreas del derecho tradicional. Las amplias lagunas y el escaso cumplimiento de las leyes de protección animal, agravado por su estatus legal de propiedad, han obligado a los abogados especializados en derecho animal a ser creativos aplicando leyes no relacionadas con los animales para ayudarlos a través del sistema legal. Lo que sigue es una breve descripción de algunas de las áreas de práctica más comunes del “derecho animal” que utilizan estatutos y doctrinas legales convencionales para luchar por resultados favorables a los animales.
Ley Medioambiental
El derecho animal se considera a veces una subcategoría del derecho medioambiental, en el sentido muy general de que implica la defensa legal para la protección de la vida no humana. El solapamiento más obvio en los campos del derecho animal y del derecho medioambiental es el área de la protección de la vida salvaje. Por ejemplo, leyes como el Acta Nacional de Política Medioambiental pueden utilizarse para impugnar las acciones del gobierno que tienen el potencial de dañar animales salvajes (normalmente contaminando o destruyendo sus hábitats). Cuando las leyes medioambientales se utilizan para proteger a animales salvajes individuales, se convierte en una práctica del derecho animal.
Además de la protección de la fauna salvaje, las leyes medioambientales se utilizan a menudo para defender a los animales de las granjas industriales – aunque sea de forma indirecta. Las granjas industriales son las operaciones intensivas, industrializadas y confinadas de alimentación animal que dominan la agricultura animal en el mundo desarrollado. Los defensores de los animales tienen un interés en cuestionar el modelo de las granjas industriales debido al extremo sufrimiento de los animales que conllevan. Dado que todas las prácticas rutinarias que causan sufrimiento a los animales de producción son legales (debido a las lagunas en las leyes estatales contra la crueldad descritas anteriormente), estas prácticas no pueden ser impugnadas directamente en los tribunales. Sin embargo, la práctica de amontonar a los animales en condiciones de hacinamiento extremo puede ser impugnada en algunos casos debido a las cantidades masivas de residuos que producen todos esos animales, las cuales amenazan con contaminar las vías fluviales y los ecosistemas circundantes. Las leyes medioambientales que protegen el aire y el agua pueden servir de freno a la cría industrial, aunque desgraciadamente esas protecciones no son lo suficientemente fuertes como para acabar con el modelo por completo.
Ley de Protección al Consumidor
Los estatutos de protección al consumidor -en particular, las leyes contra la publicidad y el marketing engañosos- permiten a los defensores de los animales litigar ante los tribunales cuestiones relacionadas con el trato a los animales de producción, aunque su mal trato sea, por desgracia, a menudo totalmente legal. No obstante, las prácticas de cría industrial de una empresa pueden ser motivo de responsabilidad legal si se combinan con afirmaciones de marketing falsas o engañosas relacionadas con el trato “humanitario” de sus animales.
Los defensores de los animales utilizan el término “humane-washing” para describir el uso de palabras y/o imágenes con las cuales pintan una imagen mucho más halagüeña de la forma en que los animales de producción son tratados en comparación con cómo son realmente tratados en la cadena de suministro de una empresa. Entre los ejemplos más comunes de “humane-washing” se encuentran el uso de frases no reguladas como “criado de forma humanitaria” o “alto bienestar animal”, o imágenes de animales al aire libre en amplios campos verdes. Los vendedores de productos cárnicos, lácteos y huevos utilizan estas representaciones engañosas en sus materiales de marketing porque saben que los consumidores se preocupan por el modo en que se trata a los animales de producción, aunque esas imágenes y términos se parezcan poco a la realidad de sus vidas.
Al impugnar estas afirmaciones de marketing como engañosas, los abogados especializados en derecho animal pueden ayudar a aumentar la transparencia en la industria de la ganadería. El humane-washing oculta la verdad sobre la ganadería industrial y socava el trabajo de los defensores de los animales que están dedicando enormes recursos a educar a los consumidores sobre la verdad de la ganadería industrial. Por eso es tan importante eliminar estas afirmaciones engañosas del mercado – los propios consumidores estarán más motivados para exigir cambios o para reducir los productos animales en sus propias dietas si dejan de creer en estas falsas representaciones. Por esta razón, litigar para eliminar estas afirmaciones engañosas del mercado se considera en general una forma de derecho de protección animal.
Derecho Administrativo
Las industrias de explotación animal tienen de su lado a poderosos grupos de lobby, que trabajan constantemente en los pasillos de las legislaturas y de las agencias reguladoras para influir en la ley y la política a favor de los productores de animales. Cuando se trata de acciones por parte de los organismos reguladores, hay ciertos procedimientos que deben seguirse – por ejemplo, procedimientos diseñados para asegurar que la agencia ha considerado adecuadamente todas las pruebas relevantes sobre el tema, o para asegurar que no está excediendo el poder que le ha dado la legislatura. Cuando una agencia no sigue los procedimientos adecuados de elaboración de normas o actúa fuera de los límites de su autoridad, los afectados por la decisión de la agencia pueden demandar para anularla. Dado que los grupos de lobby de la industria intentan constantemente que las agencias cambien la normativa a su favor (a menudo en detrimento de los animales en la agricultura, los zoológicos, los laboratorios y la naturaleza), el derecho administrativo se ha convertido en un área de práctica clave dentro del campo del derecho animal.
Un ejemplo perfecto de ello es la continua presión de la industria cárnica para permitir el aumento de la velocidad de las líneas de sacrificio. (Líneas de velocidad más rápidas = más animales sacrificados = más ganancias). El USDA, que establece los límites de velocidad de las líneas, está sometido a una gran presión para que aumente esos límites (o, en el caso del sacrificio de cerdos, los elimine por completo). Ante la presión de la industria, el USDA anunció en 2019 que iba a hacer precisamente eso -eliminar los topes en el número de cerdos que se pueden matar legalmente por hora- y los grupos de protección animal respondieron demandando a la agencia bajo el Acta de Procedimiento Administrativo. Al momento de escribir este artículo, ese caso sigue pendiente.
Derecho Común Estatal
Algunos abogados especializados en derecho animal intentan desafiar el problemático estatus de propiedad de los animales aportando argumentos legales creativos para la “condición de persona” de los animales bajo las doctrinas del derecho común estatal. El “common law” es un conjunto de leyes elaboradas por los jueces (en contraposición a las leyes estatutarias elaboradas por los legisladores); es un concepto que proviene de la tradición jurídica inglesa (en la que se basa el sistema jurídico estadounidense). Algunas de las doctrinas del derecho consuetudinario que los abogados utilizan para argumentar que los animales deben ser considerados “personas” legales (y, por tanto, deben tener ciertos derechos legalmente reconocidos) incluyen el escrito de habeas corpus y el agravio del derecho consuetudinario de la negligencia per se. El derecho consuetudinario ofrece una flexibilidad infinita, lo que lo convierte en una opción atractiva para los profesionales del derecho animal que buscan crear un paradigma legal y social completamente nuevo para los animales en nuestra sociedad.
Derecho Constitucional
Aunque los animales en sí mismos no tienen derechos constitucionales, los defensores de los animales se basan en gran medida en ciertos aspectos de la Constitución de EE.UU. – especialmente en la Primera Enmienda – con el fin de promover los intereses de los animales a través de su defensa. Además de proteger el derecho a la protesta, la Primera Enmienda ha protegido contra los intentos de ciertos estados de prohibir las investigaciones encubiertas de las granjas industriales y los mataderos. Estas leyes -comúnmente llamadas leyes “ag-gag” por su objetivo de amordazar (gag en inglés) a los denunciantes de la industria agropecuaria (ag en inglés)- han sido aprobadas en diez estados. Pero gracias al trabajo de varios abogados especializados en derecho animal, la mayoría de estas leyes “ag-gag” han sido anuladas por ser violaciones inconstitucionales de la libertad de expresión.
El campo del derecho animal no es sólo un área de práctica de los demandantes, aunque todas las áreas discutidas hasta ahora han sido ejemplos de cómo la ley es utilizada por los defensores de los animales para pasar a la ofensiva, por ejemplo, para presentar proactivamente demandas en un intento de desafiar el status quo. Sin embargo, hay circunstancias en las que los abogados defensores de los animales tienen que pasar a la defensiva – por ejemplo, para defender a activistas individuales acusados de delitos por su activismo, o para defender estatutos específicos de protección animal de la impugnación de la industria.
Como ejemplo de esto último, se han presentado múltiples demandas por parte de asociaciones comerciales de la industria cárnica que intentan anular las leyes estatales que restringen la venta dentro de sus fronteras de ciertos tipos de productos considerados inhumanos (por ejemplo, el foie gras de aves alimentadas a la fuerza, carne de ternera de terneros confinados en pequeñas cajas o huevos de gallinas enjauladas). Los grupos de la industria que desafían estas prohibiciones de venta argumentan que violan una doctrina constitucional conocida como la “cláusula de comercio latente”. Para ayudar a los estados a mantener estas leyes progresistas favorables a los animales, los grupos de protección animal han intervenido como demandados en estos juicios. Usar los principios del derecho constitucional para proteger las victorias legislativas a favor de los animales es, por tanto, otro aspecto crucial del derecho animal.
Conclusión
Cualquier área del derecho puede caer bajo el paraguas del “derecho animal” si la ley se utiliza de una manera que impacta a los animales. Esto abre el campo del derecho animal a todo tipo de profesionales del derecho, independientemente de su área de especialización. Los abogados de todas las áreas de práctica pueden utilizar sus habilidades para ayudar a los animales – sólo tienen que ser creativos.
